Nuestra historia comienza en el año 2018, de la mano de dos amigos que se hicieron la siguiente pregunta: ¿Cómo puede ser, que en pleno S.XXI, la gente siga teniendo frío? No podíamos creer que con todos los avances que estábamos viviendo en todos los sectores, la moda siguiese siendo un sector estático, sin mejoras reales para el día a día del cliente. Desde ese momento, empezamos a trabajar en qué soluciones podíamos aportar para generar un cambio radical en la forma que tenemos de ver y consumir la moda. Con el paso del tiempo, hemos llegado a las siguientes conclusiones:

La mejor manera de predecir el futuro, es construirlo (Peter Druker)
Si queremos cambiar las cosas, tenemos que centrar nuestro foco en la innovación para dar respuesta a los problemas que el sector de la moda no ha sido capaz de resolver.

Tecnología al servicio de la sostenibilidad
Menor consumo de ropa = Menor impacto en el planeta. Si creamos productos con un alto valor añadido y con un diseño atemporal estaremos reduciendo a nuestros clientes la necesidad de tener productos adicionales. La innovación que generemos tiene que ayudar de manera clara a la toma de decisiones de compra del cliente. Si queremos cambios de comportamiento reales, tenemos que hacer productos realmente buenos.

Nuestros productos tienen que predicar con el ejemplo
Todos nuestros productos tienen que estar hechos con materiales sostenibles. Tanto nuestra parte tecnológica como nuestro proceso de fabricación tienen que estar orientados a ser parte del cambio que queremos en el planeta.

Queremos aportar nuestro granito de arena a la gente que más lo necesita
Donamos un 1% de todas nuestras ventas a proyectos solidarios, con un foco especial en la pobreza y educación infantil. Creemos en un modelo de empresa que se compromete desde el principio, en la medida de sus posibilidades, con aportar su granito de arena a la gente que más lo necesita.